La villa de Salas aparece en fuentes documentales asociadas al río que fluye por sus tierras, conociéndose como Salas de Nonaya. Salas fue poblándose poco a poco llegando a conseguir en 1277 la carta puebla por obra y gracia de Alfonso X, instituyéndose la villa y el concejo de Salas. El núcleo generador de la puebla lo constituía un castillo donado por la reina Urraca en 1120 al Conde Suero. Esta concesión de puebla acarreará varios conflictos con el coto monacal de San salvador de Cornellana.
En 1277 Salas ya ejerce vida municipal firmando la carta de hermandad con los concejos de Avilés, Pravia, Grado, Somiedo, Valdés, Tineo, Cangas y Allande, teniendo este acontecimiento lugar en La Espina. Dentro de los límites del concejo figuraron los cotos de San Salvador, el de Linares, el de Soto de los Infantes y el de Labio, coto éste último, que formalizó ayuntamiento propio desde 1580 a 1827.
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