salas siempre fue lugar de paso obligado en las peregrinaciones a Santiago por su recorrido interior, lo que hizo que en el territorio hubiese hospitales para atender a los viajeros y los peregrinos, resultando de cierta importancia los de Cornellana, Salas y La Espina.
El testimonio de mayor antigüedad que conserva el monasterio, y que se une vía leyenda con la infanta Cristina, es la puerta del Cenobio, hoy de entrada a la huerta, único de la primitiva fundación.
Es de arco de medio punto, en la clave del arco aparece una escultura enigmática y legendaria, que se dice es una osa amamantando a una niña, según la leyenda la niña es la infanta que se perdió en los bosques con muy corta edad, y fue encontrada en el cubil de la osa que la habia amamantado como si fuera su hija.
Otras teorías posteriores sostienen que se trata de un león (el demonio) que sostiene entre sus garras a un pecador al que está devorando
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