Sin embargo, es menester confesar que, si hay un pueblo libre sobre la tierra, lo es éste sin disputa, no porque no esté como los demás sujeto a las leyes generales del país, sino porque su pobreza le exime de las civiles, y su inocencia de las criminales. Aun los reglamentos económicos no tienen jurisdicción sobre él, porque cultiva sólo para existir, y trafica con el mismo fin, y sólo en los mercados libres.
La aspereza de sus poblaciones aleja de él los molestos instrumentos de la justicia, y su rudeza natural los sorteos y los enganchadores para la guerra. Considerado como una gran familia acogida a la sombra del Gobierno, vive en cierta especie de sociedad separada, sin ser a nadie molesto ni gravoso, y si no parte las miserias, tampoco los honores, comodidades y recreos del restante vecindario. ¡Dichoso si fuese capaz de conocer la libertad que debe al cielo, y mucho más dichoso si supiese apreciar este bien que el lujo va desterrando de la superficie del mundo!
BIBLIOGRAFÍA
De la carta novena" de Gaspar Melchor de Jovellanos perteneciente a su Viaje por Asturias.
Cortesia alumnos del colegio publico valdes salas "homenaje a los vaqueiros"