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La historia del concejo de San Martín de Oscos presenta los mismos rasgos que los otros de la zona de los Oscos en la época prehistórica y la edad antigua y moderna hasta 1154, presentando una historia común con Santa Eulalia hasta el momento de la emancipación episcopal en 1584.
La primera presencia humana en territorio de San Martín se remonta al periodo neolítico, como así podemos aventurar gracias a los restos tumulares encontrados en Os Pedrousos (Teixeira). Así mismo aparecieron restos de antiguas explotaciones mineras en Arruñada, Piorno, Covas del Resalao, y los valles del Sotuelo y el Ahío.
Dentro de la edificación castreña hay que destacar los hallados en San Isidro y el Pico de la Mina, cerca de Bousoño situados ambos en zonas elevadas y con un claro motivo defensivo, encontrándose fosos, murallas y losas hincadas que demuestran lo anteriormente dicho. En relación con esta cultura, se encontró en Valderreixe una diadema realizada en oro y que es la diadema de San Martín de Oscos.
La existencia de minerales también atrajo a esta zona a los romanos con el fin de explotar sus minas, encontrándose en Tabladas y en la ribera del río Santalla restos de trabajos romanos relacionados con la fundición como los crisoles de piedra y los conos de escorias.
Durante la etapa medieval el concejo de San Martín conjuntamente con Santa Eulalia perteneció, gracias a la cesión realizada por el monarca Alfonso VII en 1154 a la iglesia de Oviedo, al gran concejo episcopal de Castropol. Los alcaldes episcopales de ambos concejos se presentaban a las juntas castropolenses en el campo de Tablado.
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