|
|
En el siglo XII, ya se empiezan a tener pruebas de una demarcación canguesa, pero siendo sus límites diferentes a los conocidos, incluso en el siglo XIII, sigue este territorio sin tener un apelativo.
Es en el siglo XIV, en un inventario de derechos del episcopado de Oviedo en el que aparece la zona con la denominación de Cangas de Onís. Otro ejemplo está en el testamento de Enrique II que amplia los señoríos de su hijo bastardo, incluyendo el concejo de Cangas de Onís que volvería en años más tarde a la corona de nuevo.
En el siglo XVI, ya aparece Cangas de Onís, como entidad concejil y figura en la Junta General celebrada en 1504 en el convento ovetense de San Francisco. Estos cargos recaen en estas fechas en miembros de familias ilustres de la comarca. En la referente a Covadonga fue Felipe III, quien comienza a transformar el Real Sitio, gracias a los esfuerzos de los diferentes abades, realizando obras de importancia en la cueva, pero a consecuencia de un incendio se perdieron todas las imágenes, joyas, etc. Este incendio traerá algo muy favorable y es que Carlos III se preocupa por el Real Sitio y realizara una serie de obras y proyectos, como fueron la construcción de un nuevo templo y mejoras en las comunicaciones trayendo todo esto un comercio mucho más vivo lo que dará un empuje a la vida del concejo.
|
|
|