El ascenso del salmón en los ríos es un fenómeno asombroso que se repite todos los años cuando llega la época del desove. La persistencia y obstinación de los peces por llegar a los prístinos frezaderos en las partes superiores del río ha cautivado desde siempre la conciencia humana.
El precio que pagan los salmones por llegar hasta las cabeceras del río es elevado. Por un lado sus ya mermadas reservas energéticas sufren un desgaste considerable durante el remonte. Esto se agrava conforme el desnivel superado es mayor y mas son los obstáculos naturales o artificiales que los peces han de salvar. Por otro, el limitado caudal del agua en zonas altas del río les hace mucho mas vulnerables a sus posibles depredadores.
Al acceder hasta los elevados frezaderos del río los salmones sacrifican su propio bienestar al de su futura descendencia. Las cabeceras del río con sus aguas impolutas, ricas en oxigeno y libres de sólidos en suspensión constituyen el hábitat ideal para la puesta, el alevinaje y el desarrollo de los juveniles.
Sabemos que después de que los alevines abandonen el lugar de nacimiento se quedaran a residir en aguas cercanas. Sabemos también, que de haber desplazamientos estos serán casi siempre en el sentido de la corriente. La competición por el alimento y el refugio de depredadores son en las fases de vida tempranas del salmón sus principales causas de mortalidad. Estos dos índices se disparan cuando la densidad de peces es elevada.
Al llegar los reproductores hasta los elevados frezaderos conseguirán que su descendencia disfrute de un hábitat de mejor calidad, de una potencial zona de colonización mayor y de una densidad menor que la de otros peces que hayan desovado en tramos mas inferiores donde les haya sido mas fácil llegar. A su vez, los juveniles nacidos en tramos mas bajos se favorecerán de que la población se distribuya a lo largo de la longitud del río evitando así densidades elevadas.
Es esencial entender este concepto a la hora de plantear cualquier política de conservación o rehabilitación en una cuenca salmonera. La destrucción o inaccesibilidad de las áreas naturales de reproducción constituye una de las principales causas de la regresión de esta especie.
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