La vegetación potencial de este territorio, en las áreas no influidas directamente por la acción del mar, correspondería al bosque atlántico, destacando el "carbayo", Quercus robur, como elemento característico de estos bosques, hoy en día muy escaso. Debido a la intensidad ganadera desarrollada en esta zona, apenas se conservan restos de estos bosques de robles, castaños, alisos y fresnos.
Predominan los prados y cultivos en las zonas llanas y en algunas zonas también se desarrollan masas arboladas, plantaciones de eucaliptos y pinos, que nos indican hasta qué punto se ha perdido la flora original de esta zona.
Hábitats costeros representados en Xago
En el Paisaje Protegido del Cabo Peñas aparecen principalmente especies vegetales ligadas a hábitats costeros, el mayor interés se centra en la vegetación de las dunas, acantilados y de la rasa del Cabo Peñas, donde aparecen especies protegidas a escala regional. Presentan sus propias particularidades ecológicas condicionadas por el clima, y en menor medida por la composición del sustrato, sin olvidar la influencia de la presencia de sales en el entorno.
Algunas de estas especies están incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado de Asturias (Decreto 65/1995, de 27 de abril) en la categoría de:
Especies "sensibles a la alteración de su hábitat"
Especies "vulnerables"
Especies "de interés especial"
Adormidera maritima
En las playas aparecen comunidades vegetales únicamente en su borde superior, donde se producen depósitos de restos orgánicos que dejan las mareas más intensas. Estas comunidades vegetales están constituidas por plantas adaptadas a la colonización de suelos arenosos y ricos en sales, sometidos periódicamente a la acción de las mareas, siendo frecuentes plantas de ciclo de vida corto y la adormidera marítima.
Los ecosistemas dunares son los más frágiles, ya que durante años han sufrido la presión turística y la acción de determinadas actividades industriales que los han deteriorado. Sin embargo, están considerados como el mayor valor natural de la zona; estas dunas albergan ciertas plantas de marcado interés ecológico y biogeográfico. Son especies que han desarrollado características de adaptación a las especiales condiciones de su hábitat: elevada salinidad, sequedad edáfica y abrasión del viento.
Se pueden reconocer varios cinturones de diferente cubierta vegetal según su proximidad al litoral:
Dunas móviles o embrionarias, originadas por la acción del viento y de escasa altura, es difícil que se instale vegetación. En ellas crecen herbazales abiertos de grama de mar y no se encuentran plantas protegidas.
Dunas semifijas o blancas, son de mayor altura y están más estabilizadas y alejadas de la acción directa del mar. Se asientan formaciones densas de barrón (Ammophila arenaria subsp. australis) junto a otras especies de gramíneas. Se encuentran incluidas en el Catálogo: la mielga marina, el nardo marítimo, la algodonosa y la lechuguilla dulce.
Dunas grises o fijas, son las más consolidadas y estables, con suelos en los que aparece un incipiente horizonte orgánico. En ocasiones se encuentran comunidades arbustivas en las zonas más estables de las dunas, como el aligustre (Ligustrum vulgare) y el laurel (Laurus nobilis).Una especie protegida de esta zona es la espigadilla de mar recogida en el catálogo como sensible a la alteración de su hábitat.
Las comunidades vegetales de los acantilados se hallan en mejor estado que las anteriores. En los roquedos existen plantas capaces de soportar elevadas concentraciones de sal en el suelo (halófilas) y también que puedan resistir que el agua del mar salpique sus tallos y hojas con regularidad (aerohalófilas). Son especies que aguantan la continua acción del viento.
Acebuche
Filigrana menor
En las zonas más bajas de los acantilados no hay colonización de plantas superiores porque no hay oportunidad de que se forme un suelo, sin embargo, en la superficie rocosa se instalan con facilidad los líquenes, entre ellos el más común es Xanthoria parietina, de color amarillo.
En la parte alta de los acantilados, la franja más alejada del mar, pueden desarrollarse comunidades arbustivas del acebuche, variedad silvestre del olivo cultivado y especie protegida, reliquias de un pasado más térmico que el actual y que pueden observarse en San Juan de Nieva, en áreas orientadas al sur y protegidas. Ligada a biotopos con intenso aporte de nitrógeno procedente de los excrementos de las aves marinas crece la berza marina, presente en Xagó y en el Cabo Peñas.
Fuente:cortesia del Centro de Formación y Empleo del Ayuntamiento de Gozón