Los vestigios más antiguos de Langreo corresponden a la cultura de los castros: El Pico Castiello, en Ciaño y el Castiello, en Riaño.
Hasta la Edad Media ya no existen testimonios históricos terminantes. En el año 857, Ordoño I hace una donación a la iglesia de S. Salvador de Oviedo, de Sta. Eulalia y S. Cosme y S. Damián posesiones todas ellas del territorio de Langreo. En 1075, Alfonso VI realiza otra donación a la iglesia de Oviedo de territorios del valle de Langreo, confirmada posteriormente por la reina Urraca, con lo que todo el territorio del actual concejo pasó a ser propiedad de la iglesia de Oviedo. Los infanzones langreanos pleitearon con la corona por estar en desacuerdo por la dominación episcopal. El fallo les fue desfavorable, lo cual marcó profundamente la personalidad del concejo, apareciendo en su escudo 10 yelmos que representan a estos infanzones opuestos desde entonces al poder real.
No fue tarea sencilla la del gobierno de estas tierras por parte del obispado, por lo que fue concedido el fuero de Benavente por petición popular en 1338.
Durante el reinado de Felipe II, en 1581, el Término pasa de obispalía a ser de realengo, por compra de sus moradores al monarca reinante, escaso de dinero y en lucha abierta con el mundo entero. El concejo de Langreo aparece citado ya en las actas de las juntas del Principado en 1596.
En esta época, la importancia social y económica del concejo estaba radicada en los núcleos de Riaño y Ciaño.
Durante la guerra de la Independencia (comienzos del siglo XIX) se registran en el territorio de Langreo algunos episodios, generalmente irrelevantes, a los que dieron lugar las tropas napoleónicas. Las guerras carlistas tienen también desarrollo sobre el territorio langreano. En julio de 1874, los carlistas sitiaron Sama de Langreo, desapareciendo entre las llamas el archivo del Ayuntamiento y con él, el pergamino del fuero.
A finales del XIX el municipio conoce su expansión minera e industrial, cuyos antecedentes se remontan al siglo anterior. Durante los primeros decenios del XIX, se repitieron y multiplicaron los conflictos laborales y sociales.
FUENTE:AYUNTAMIENTO DE LANGREO
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