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La fertilidad de la tierra y las buenas condiciones físicas, geográficas y climáticas de todo el concejo nos hacen suponer que desde la época epipaleolítica, en la etapa Asturiense, ya estuviese colonizado el territorio maliayo, teniendo el concejo una importante muestra de monumentos megalíticos.
Los asentamientos castreños también fueron múltiples y diversos, localizándose la mayoría de ellos en el eje de la ría, más hacia la costa-rasa occidental. La etapa dominadora romana se deja sentir en gran manera en el municipio, dado que el territorio era muy fértil y además tenía una salida al mar. Varias son las lápidas y estelas repartidas por todo el concejo que prueban dicha colonización, como las encontradas en la iglesia de Grases o la de Miravalles. De igual manera también se han encontrado restos arqueológicos de antiguas Villae Romanas en la desembocadura de la ría en el actual Rodiles y que se supone que era la famosa Noega.
Durante la época de la monarquía Asturiana, la población se aleja de Rodiles y se asienta en otros sitios como Amandi, Camoca, Fuentes o Bedriñana, apareciendo frecuentemente la comarca nombrada como territorio maliayo, maliaio y malayo.
Durante el siglo XII, representantes del territorio son convocados por el Obispo Pelayo de Oviedo con el fin de poner fin a los desórdenes que se estaban produciendo en toda la zona. Ya en tiempos de Alfonso IX, se empieza a constituir el concejo gracias a la política repobladora y urbanizadora que él mismo inició, siendo el año 1270, cuando el rey Alfonso X el sabio, concede la carta puebla mediante documento fechado en Vitoria y en el que establece que la población se asiente a partir del lugar llamado Buetes. Al mismo tiempo que se crea el territorio maliayo, una orden Cisterciense se establece en el fondo del valle en Boides, fundándose el monasterio de Valle de Dios (Valdedios), constituyendo un señorío jurisdiccional y que ejerció una labor civilizadora y ordenadora.
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